Apuesta por la calidad en tus productos y servicios.
Introduce métricas para evaluar la calidad de tus productos y servicios.
Analiza las mejores prácticas de tu sector.
Aplícalas a tus procesos.
Orienta a los clientes tus productos y servicios.
Utiliza tus datos históricos para personalizar tus productos todo lo posible.
Fija y cumple tiempos de respuesta satisfactorios para las incidencias
Entrégalos en las mejores condiciones.
Cuida las entregas, son una de las fases más críticas.
Ten en cuenta la disponibilidad del cliente a la hora de las entregas.
Comprueba que el producto ha sido recibido correctamente.
Si no ha sido así, reacciona antes de recibir una queja del cliente.
Cuida a tus empleados, son la cara visible de tu empresa.
Ellos hacen la entrega de tus productos y servicios.
Dales la formación necesaria.
Dales la orientación adecuada.
Incrementa las opciones para que los clientes entren en contacto.
Pon a disposición de tus clientes los múltiples canales que hoy ofrece la teconología: chat a través de web, correo electrónico, mensajería y, sobre todo, las Redes Sociales.
Busca la funcionalidad más adecuada para cada uno de esos canales.
Cuida la calidad en las interacciones de los clientes
Consigue que la atención a tus clientes sea homogénea. Agiliza los sistemas automáticos de respuesta.
Conoce a tus clientes.
Descubre quiénes son tus mejores clientes.
Haz que tus agentes dispongan de toda la información pertinente de los clientes cuando estén en contacto con ellos.
Analiza los datos históricos para conocer sus preferencias y poder personalizar más tus productos y servicios.
Mejora la relación con tus proveedores.
Establece acuerdos de nivel de servicio que sean satisfactorios para ambos y que permitan resolver más rápido los posibles problemas.
Integra sus procesos con los tuyos, tendrás más visibilidad y podrás informar a tus clientes.
Escucha a tus clientes, sea cual sea el canal por el que te hablen.
Presta atención a las Redes Sociales: Resuelve los problemas antes de que se hagan virales y dañen la imagen de tu empresa.
Localiza a los posibles prescriptores de tus productos. Crea e impulsa una comunidad para ellos.
Conoce y satisface sus expectativas.
Analiza todos los contactos del cliente con tu empresa.
También el histórico de productos y servicios que ha adquirido.
Haz preguntas: Realiza encuestas de satisfacción.
Responde a tus clientes.
Atiende y resuelve todas las preguntas, incidencias, reclamaciones, garantías, cambios y devoluciones. Hazlo en el menor tiempo posible.
Adelántate a los problemas y a las necesidades (sé proactivo).
Utiliza técnicas de predicción de pedidos para realizar ofertas.