Atiende con diligencia todas las solicitudes de información.
Tienes que ser capaz de responder a todas las solicitudes de información que recibas, pues vienen de tu público objetivo. Además, debes hacerlo en un tiempo razonable.
Para ello puedes contar con un sistema automático que redirija las solicitudes más importantes, por ejemplo, las referidas a un nuevo producto o servicio que acabes de lanzar.
De igual forma es importante que, si el modelo operativo de tu organización lo requiere, puedas permitir la comunicación entre tus clientes/usuarios así como la notificación de las nuevas interacciones.
Estudia tus posibilidades: tu público objetivo, tu competencia y tu posicionamiento actual.
Debes estudiar y conocer bien el sector en el que se encuentra tu organización. Lo primero de todo son tus usuarios: quiénes son, cuáles son sus principales características: sus necesidades, sus prioridades, su poder adquisitivo.
También debes analizar y conocer a tu competencia: ¿Cuáles son las principales empresas y organizaciones con las que compites? ¿Con qué productos y servicios compiten los tuyos? ¿Están en los mismos rangos de precios?
Por último debes tratar de saber cómo eres percibido por el público en general, qué se piensa de tus productos y servicios: ¿Tienes fama de ofrecer calidad? ¿La gente piensa que tus productos/servicios son baratos o caros? ¿Tus servicios dejan satisfechos a tus clientes?
Analiza tus puntos fuertes: qué encuentran tus clientes en tu portfolio.
Debes investigar y averiguar qué es lo que más valoran tus clientes de tus productos y servicios.
Algunas de las cuestiones básicas son: ¿Es el grado de satisfacción que obtienen? ¿Es su relación calidad-precio? ¿Es la atención al cliente que los acompaña?
Pero también puede ser interesante preguntarse: ¿Es su diseño innovador? ¿Es la tecnología que tienen incorporada? ¿O la respetuosidad con el medio ambiente del proceso de producción?
